Son catalogadas como el símbolo de la vigilancia, fuerza y el instinto protector. La característica física que las diferencia de los machos es que no cuentan con melena. El comportamiento que expresan en cuanto a la protección de sus crías es lo que las caracteriza.
Sólo pueden concebir crías dos veces al año y el periodo de gestación es de 100 días. También tienen una manera muy particular y sincronizada de asechar a otros animales, ya que siempre son dos de ellas que se encargan de esta tarea, las demás se ocultan y atacan en el momento preciso. Muchos estudios han señalado que las leonas cazan de una manera satisfactoria, donde las probabilidades de fallar son muy bajas. Los leones siempre esperan a que ellas finalicen con la caza para comer primero.
Características, hábitat y alimentos
Están caracterizadas por poseer hombros y patas asombrosas, y unas garras que permiten cazar cualquier animal terrestre. Sus presas comúnmente son cebras, jirafas, antílopes, búfalos e inclusive elefantes.
Siempre es la leona la que realiza las cazas, estas trabajan en quipo para poder llevar a cabo el trabajo. Las manadas de estos animales es de 5 a 25 individuos, que están compuesta por las múltiples hembras adultas, sus cachorros y los machos adultos.
Estas miden 2,5 metros y su peso aproximado es de 185 kilogramos, siempre serán más pequeñas que el macho, ya que estos tienen una longitud de 3,5 metros y pesan entre los 180 y 270 kilogramos, además cuentan con una cola que mide 1 metro de largo.
Reproducción
La leona es considerada poli-estro, esto quiere decir que podría ovular hasta 4 veces por año hasta el momento en que se empareja. Cuando se encuentra en el periodo de celo o “calor”, que se emparejan con un macho de la manada por dos días.
El embarazo demora de 3 meses y medio a 4 meses y cuando está lista para dar a luz, esta deja su manada o su entorno para hallar un lugar ideal de anidación. La leona da a luz de 2 a 4 cachorros y sigue apartada con sus crías a lo largo de varias semanas, antes de regresar a la manada e introducir a los nuevos miembros.
Este se considera que es un momento peligroso para la madre y los cachorros, que generalmente pasa rápidamente los jóvenes camino a su entorno; Cuando se retorna a la manada con los nuevos cachorros es recibida con muchas caricias en el hocico y celebración.
Las crías se alimentan de todo el entorno, y en caso de ser unos cachorros huérfanos, otra leona generalmente los adopta y hasta puede llegar a amamantarlos. Los cachorros hembras vivirán con la manada toda su vida y no lo dejarán por nada.
Los cachorros machos se despegan de la manada, o mayormente son expulsados por los machos adultos, cuando llegan a los 2 años de edad. Donde ya deberán vivir solos o también agruparse en pequeños conjuntos de machos “solteros” llamadas “alianzas” La mayor parte de los machos jamás vuelve a una manada, y jamás se aparean.
La caza ha sido un gran problema para estos animales, aun así siendo esta ilegal, muchos cazadores no cumplen esa legalidad. También el auge de la agricultura ha reducido la cantidad de presas y así reducido la fuente de alimentación. También los parásitos son un factor que los ataca y puede producir su muerte.
En numerosas ocasiones personas se han encargado de envenenar los cadáveres que estos animales consumen para ocasionar la muerte en ellos. Estos son factores que deben cesar para preservar a esta especie.