Ardillas hay en casi cualquier parte del mundo, pero pocas se igualan a la extraordinaria ardilla voladora, especie de la que hablaremos con detalle en este artículo.
Prepárate para conocer a este pequeño pero impresionante roedor.
Principales características de la ardilla voladora
El nombre científico de la ardilla voladora es Pteromyini o Petauristini y es una tribu en la que se agrupan 44 especies de ardillas que en promedio viven seis años, y que pueden alcanzar los quince cuando están en cautiverio.
Físicamente esta ardilla es pequeña, un adulto mide unos 20 centímetros de longitud, sin incluir la cola y unos 150 gramos. Sus orejas son pequeñas y no tienen mechones de pelo.
La ardilla voladora no es que vuele tal como lo hacen las aves pero recibe su nombre porque es capaz de alcanzar una distancia de hasta 80 metros en un solo salto y esto lo logra gracias a que posee unas membranas planeadoras impresionantes.
La parte delantera de la membrana está sostenida por un espolón cartilaginoso que parte de las articulaciones de las manos. Y aunque parezca que solo son dos capas de piel, hay una delgada capa de músculos que permite a estas ardillas cambiar la curvatura de la superficie planeadora para modificar sus rasgos aerodinámicos.
Además, para guiar su vuelo usa su cola esponjosa como timón y justo antes de “aterrizar” en un árbol, coloca su cuerpo en posición vertical. De manera que es muy poco probable que caiga alguna vez al suelo.
Sus ojos son grandes y oscuros y se asemejan a perlas negras y estos le resultan sumamente adecuados, pues a diferencia de otras especies, la ardilla voladora es de costumbres nocturnas y necesita muy buena vista para encontrar alimento.
Esta noctámbula criatura difícilmente llama la atención, pues se desplaza en silencio por entre las copas de los árboles.
Dónde vive
La ardilla voladora prefiere habitar en los bosques de cualquier parte del mundo especialmente en los de América del Norte, y los que están desde el mar Báltico hasta el océano Pacífico, atravesando la taiga rusa.
Es en estas regiones donde crea sus nidos en las copas de los árboles, usando para ellos ramas y hojas.
De qué se alimenta
La ardilla voladora es omnívora, de ahí que puede comer prácticamente de todo, pero su alimento preferido son los amentos, hojas de árboles caducifolios, brotes de coníferas, semillas, frutos secos, huevos de aves y hongos.
Al igual que otros tipos de ardillas aprovecha el otoño para almacenar alimento en escondrijos entre las ramas y los huecos de los árboles, el cual consumirá en invierno cuando el alimento disponible es menos abundante.
Reproducción y nacimiento
Cuando un macho quiere cortejar a la hembra se vale del “vuelo”, si este le impresiona lo suficiente será momento de comenzar a pensar en el nido, para lo cual sirve tanto una pajarera desocupada como el hueco de un árbol e incluso hay parejas que los hacen en algún granero.
El proceso de gestación dura unos 39 días como máximo y a finales de la primavera o a principios del verano nacen dos o tres crías.
Las crías son un poco más pequeñas que la yema de un dedo, ciegas, sin pelo e indefensas, pero antes de que termine el otoño, cuando tienen unas diez semanas de nacidas ya habrán crecido y podrán volar del nido.
Domesticación y peligros
No es muy común tener en casa a una ardilla voladora pero quienes han decidido tenerla concuerdan es que en un animal sociable y que al tener en casa se le debe brindar un ambiente adecuado, es decir, que sea lo suficientemente grande para que pueda desplazarse con facilidad.
Por otro lado, en cuanto a las amenazas a la que se enfrenta, se ha registrado un alto índice de mortalidad en especial en ardillas jóvenes debido especialmente a depredadores como serpientes, mapaches, búhos, linces y otros animales.