Mejor conocido como “lobo común”, por ser el más extendido alrededor del mundo, el lobo gris es una especie fascinante. La cita de hoy es con este carnívoro familiar directo de los perros, capaz de caminar kilómetros sin cansarse.
Características, hábitat y alimentos
Entre los aspectos más destacados del lobo gris está su peso y tamaño, el cual varia conforme al lugar donde habita. A grandes rasgos, la medida estándar es de 75 centímetros, pesando unos 50 kilos, sin embargo, mientras más al norte se encuentre, mayor será su tamaño y peso.
La fuerza de sus piernas adaptadas para moverse en tierra blanda o nieve – adicional a lo potente de su espalda – hace que sean resistentes a largos viajes manteniendo una velocidad constante de 10 km/h aunque son capaces de alcanzar los 65 km/h en situaciones extremas.
Otros de sus puntos fuertes radican en su olfato y visión lo que le confiere la posibilidad de cazar por la noche. Como dato de interés, cabe acotar que al momento de nacer los cachorros muestran ojos azules, los cuales cambian hasta alcanzar el amarillo, dorado o naranja.
Su organización en manadas, es indiscutiblemente uno de los aspectos más llamativos del lobo gris; este sistema de organización se sustenta en estrictas jerarquías sociales en las que los más altos estatus lo tienen la hembra y macho reproductor, quienes son los primeros en comer y todo el resto acata sus órdenes.
Respecto a su hábitat, la caza y destrucción del bosque ha acarreado la limitación de su área de distribución; si bien en principio, los lobos abundaron en Norteamérica, Asia, Europa y Oriente Medio, hoy los más robustos viven en Alaska y Canadá, mientras que los más pequeños en Arabia.
¿De qué se alimentan?
El lobo gris es un cazador inteligente, por lo que la comida no será problema; su dieta se basa en ungulados tales como ovejas, cabras, cerdos, ciervos, caballos, renos, alces, antílopes, rebecos y bisontes; sin embargo, cuando estos tipos de presas se tornan escasos, se les ve alimentarse de aves y roedores.
Si bien su estrategia de caza es más simple respecto a la de los leones, la actuación de las manadas al momento de hacerse de su comida es bastante eficiente. Su inteligencia les permite esconderse de la presa para atacarle cuando esté desprevenida, así como hostigarla hasta el cansancio o darle captura luego de una intensa persecución.
Reproducción
Tras la copula, la gestación de las crías – de hasta 6 lobeznos por camada – demora apenas dos meses; transcurrido este tiempo las madres alumbran criaturas totalmente dependientes al ser sordas u ciegas. Durante 3 semanas, los cachorros permanecen en madrigueras emplazadas en tierras que abandonan poco a poco para comenzar a realizar sus primeras exploraciones.
Sin embargo, es la madre quien se encarga de enseñarle todo lo necesario para cazar y alimentarse a través de aullidos y un sistema de recompensa bastante práctico en el que reciben comida solo si siguen las instrucciones. A partir de los 8 meses – y hasta los 3 años – los lobeznos son observados por su progenitora quien le deja actuar de manera independiente abandonado el grupo una vez que alcanzan la madurez sexual en busca de conseguir un territorio para formar su propia pareja.
Tipos de lobos
Pese a su nombre, el pelaje de estos carnívoros puede diferir de acuerdo a la ubicación geográfica y época del año; en cualquiera de los casos, dispone de dos capas voluminosas de pelo, mientas que la primera tiene la tarea de repeler agua y suciedad, la segunda le sirve para proteger el cuerpo frente a bajas temperaturas.
Además de gris, la coloración de los lobos puede ser blanca, marrón, negra o rojiza, con frecuencia, tonalidades mezcladas sin patrón específico que les sirven para camuflarse entre árboles y rocas.