La timidez y lo escurridizo del eslizón ibérico reduce las probabilidades de toparse con uno, de ahí que son contados los afortunados que tienen la suerte de encontrarse con una especie que a simple vista, es confundible con una serpiente común. Descubra las características y hábitos de vida que permiten identificarla.
Con características especiales e inigualables, el eslizón forma parte de una familia numerosa que supera las 1.200 especies. Aunque su popularidad se basa en alertar acerca de un animal poco amigable, y hasta peligroso, lo cierto es que sus peculiaridades lo convierten en digno de conocer.
Características
Conocido en la comunidad científica bajo el nombre de Chalcides bedriagai, el eslizón es un lagarto de cuerpo cilíndrico, grueso y corto de mediano tamaño en el que sobresalen escamas brillantes de tonos amarillos – aunque se han encontrado algunos marrones o verde oliva – que hacen contraste con el blanco o gris de su vientre.
Otra característica distintiva de la especie son el conjunto de bandas oscuras horizontales que atraviesan su espalda, pero no son sino lo pequeño de sus extremidades y la falta de delimitación de su cabeza los rasgos que consiguen hacer que muchos les confundan con una serpiente. Asimismo, enfatizan en tal apariencia lo achatado se su hocico y la cola como prolongación de su tórax.
Alimentos
A pesar de que se trata de una especie carnívora con una dieta principalmente basada en insectos; sin embargo, el eslizón carece de régimen alimenticio especializado, por lo que cualquier animal con el tamaño indicado, puede convertirse en una presa fácil. A grandes rasgos, su alimentación incluye diversidad de moluscos, larvas, lombrices, insectos y arañas que consigue excavando bajo las piedras por ser los refugios empleados por esta clase de especies para protegerse del sofocante calor del Mediterráneo.
Hábitat
Como su nombre lo hace entrever, la distribución geográfica de los eslizones ibéricos corresponder prácticamente a la extensión completa de la Península Ibérica, con la salvedad de la región cantábrica. No obstante, es en el levante mediterráneo donde se encuentra la mayor población de estos lagartos.
Pero ese no es el único emplace favorito del eslizón, numerosos ejemplares se agrupan en ciertos sistemas montañosos de los que sobresalen los sistemas Béticos, y las sierras Central y Morena. Su hábitat está conformado por paisajes de abundante vegetación, suelos arenosos y regiones rocosas, por lo que es factible hallarles en la zona del delta del Ebro en Cataluña, así como en zonas insulares o la isla de Nueva Tabarca en Alicante.
Reproducción
Se habla de una especie ovovivípara, tipo de reproducción practicada por al menos el 50% de las familias de los eslizones ibéricos; sin embargo, en el particular de este lagarto, está comprobado que se trata de una característica evolutiva.
Su etapa reproductiva coincide anualmente con la llegada de la primavera cuando los individuos masculinos demuestran lo territoriales que pueden llegar a ser al intentar ganar la aprobación de las hebras, en estas largas contiendas incluso llegan a perder su cola.
Más allá de dichos datos, cabe enfatizar que, luego del apareamiento, las hembras se muestran más receptivas a la luz del sol, lo que se prolonga durante todo el período de gestación que suele demorar alrededor de dos meses; la razón de ellos es que las futuras madres, intentan mantener en perfecto estado a sus crías.
La espera termina casi finalizada la temporada estival, es ahí cuando las nuevas crías llegan al mundo midiendo cerca de 10 cm de longitud; tendrán que pasar tres años antes de que alcancen su madurez sexual y así continuar con reproduciéndose para conservar la existencia de la especie.