Offshore ¿de qué estamos hablando?

El término inglés offshore significa literalmente fuera de costa, pero en el ámbito económico y financiero tiene un significado muy particular, muchas veces relacionado con los llamados paraísos fiscales y con actividades ilícitas como el narcotráfico, la evasión fiscal y el blanqueo de capitales.

Pero ¿qué tiene que ver esta palabra con lo anterior? ¿Siempre hay algo turbio detrás de los negocios y sociedades offshore?

Offshore ¿A qué se refiere?

Hoy día, el término inglés offshore se emplea comúnmente para referirse a actividades comerciales registradas en algún país, sin que sea ahí donde se lleven a cabo las operaciones o donde resida la persona que ha hecho el registro.

Por ejemplo, un ciudadano español registra una empresa en otro país, pero sigue viviendo en España, y su empresa no realiza ninguna actividad real en el país donde se hizo el registro.

Sin embargo, debe puntualizarse que no se trata de cualquier país, sino muy especialmente de aquellos países y territorios considerados paraísos fiscales, de hecho es tanta la relación que en ocasiones offshore y paraíso fiscal se usan como sinónimos.

Generalmente se recurre a esta práctica porque los paraísos fiscales ofrecen ventajas verdaderamente llamativas como el no tener que pagar impuestos, la confidencialidad y la facilidad con la que se pueden efectuar operaciones comerciales y bancarias.

¿Qué es una sociedad offshore?

Como te imaginarás, una sociedad offshore es aquella empresa que se crea o registra en un país distinto al de residencia de sus dueños o socios, y en cuyo país la empresa no realiza ningún tipo de actividad.

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Aunque estas empresas pueden abrirse en cualquier país del mundo, son los paraísos fiscales los más atractivos por la exención de impuestos y otras ventajas que traen consigo.

Crear una empresa offshore es un procedimiento libre de toda burocracia, que requiere pocos requisitos e inversión de tiempo (solo unos cuantos días), ni siquiera se necesita tener oficinas y empleados en el país.

Cuando se crea una empresa en alguno de estos países el dueño sabe que solo pagará la cuota inicial por registrarla y una cuota anual que generalmente es muy baja si se compara con los ingresos que se generan, de resto no pagará nada.

Además, este tipo de sociedades son ventajosas en comparación con otras, porque reducen la carga tributaria, y el dueño no paga impuestos ni en su país de residencia ni en el país en el que ha registrado la empresa, además se garantiza el secreto de confidencialidad, por lo que el país en el que se ha hecho el registro no revelará información a terceros sobre quién o qué está detrás de determinada sociedad.

Engineer on deck of service boat at offshore windfarm
Offshore. Foto por Envato.

Otro de sus atractivos es la facilidad con la que se puede crear una empresa offshore, de hecho no hace falta salir de su propio país para hacerlo, pues existen muchos bufetes de abogados que sirven de intermediarios o gestores para realizar todos los procesos administrativos y legales.

Muchas veces personas de este bufete se convierte en representantes de la empresa ocupando diversos cargos ficticios dentro de ella; pues muchos países exigen que este papel lo tenga un ciudadano residente legal, al ser estos los nombres que quedan registrados, el nombre del dueño real de la sociedad es totalmente confidencial.

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Ahora bien para que una empresa pueda ser registrada cono offshore se exige que los directores de la misma no residan en el país en el que se registrará, aunque si se puede tener un representante legal que como se comentó debe ser residente, además se compromete a que la empresa nunca realizará sus actividades en el país, no tendrá oficinas en él ni puede contratar empleados locales.

¿Qué es la banca offshore?

En términos bancarios offshore se refiere a sistemas bancarios de paraísos fiscales que no están sometidos a regulaciones monetarias y tributarias del país en el que están.

Como ya se ha mencionado, detrás del término offshore están las ventajas de confidencialidad, privacidad y el inexistente pago de impuestos, a lo que se agrega que la banca offshore es flexible, se puede realizar cualquier tipo de operación sin necesidad de justificar de donde viene o adónde va el dinero empleado.

Para abrir una cuenta de este tipo, a veces solo hace falta un documento de identidad y una prueba de residencia, para en pocas horas tener una cuenta creada y lista para ser usada, lo cual es muy ventajoso si se compara con lo que se necesita en otros países para abrir una cuenta bancaria.

¿Hasta qué punto son legales?

Hoy día son muchos los que piensan que las sociedades y cuentas offshore son sinónimo de corrupción, evasión y actividades ilícitas, sin embargo, es conveniente dejar claro que son totalmente legales pues se adaptan a las condiciones que estipulan los países donde se encuentran.

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Entonces ¿no hay problemas con ellas? La realidad es que sí. El problema radica no en el tipo de empresa o cuenta sino en lo que hace el titular.

Si se vale de estas para evadir impuestos en su país de residencia claramente se trata de un acto ilegal y de corrupción. Para evitar esto, cualquier persona que tenga una empresa registrada en un paraíso fiscal está en el deber de manifestarlo y hacer los pagos correspondientes en su país, sino estaría cometiendo un delito.

Además, también pueden considerarse ilegales por el origen y destino de los recursos, por ejemplo cuando estos proceden de dinero público o logrado a través del narcotráfico, blanqueo de capitales, estafas y otros delitos fiscales y se utilizan esos recursos para cometer delitos de distinta índole.

Se puede decir entonces que hay dos tipos de personas que registran sociedades o abren cuentas offshore, por un lado quienes buscan algún tipo de estructura que les permita seguir operando con seguridad y garantías de que su dinero está protegido y por otro los que pretenden delinquir y usan estas recursos, obtenidos en ocasiones por actividades ilícitas o pertenecientes a las cuentas de dinero nacional, con el fin de enriquecerse, comentiendo de este modo evidentes actos de corrupción.