¿Para qué sirve un concentrador solar? ¿Qué es exactamente? En este artículo lo explicaremos, además, veremos las ventajas, los tipos de concentradores solares y las aplicaciones que puede dársele.
Qué es un concentrador solar
Un concentrador solar es un tipo de colector solar que guarda energía en un área reducida para así aumentar intensidad de la energía.
El concentrador solar tiene un arreglo de espejos alineados que reflejan luz solar hacia un mismo objetivo, este capta la energía para aprovecharla y transformarla.
Convierte la energía del sol en energía térmica y funciona gracias a la explotación de la reflexión de los rayos solares para concentrarse finalmente en un receptor.
También, el calor es convertido en energía mecánica a través de un motor térmico, una turbina de vapor, que es conectado al eje de accionamiento.
Tipos de concentrador solar
Existen dos tipos de concentradores solares que logran que el rendimiento de la instalación solar sea maximizado, se trata de los concentradores cilíndricos parabólicos y los paraboloides de revolución.
Concentradores cilíndricos parabólicos
Los concentradores cilíndricos parabólicos cuentan con algo que los distingue del resto: una curvatura única.
De ahí proviene su otro nombre: concentradores 2D, lo que indica que son bidimensionales.
Las temperaturas que se obtienen a través de este sistema son medias, su entorno focal es de 200 a 300 grados centígrados.
Concentradores solares paraboloides de revolución
Mientras que los concentradores cilíndricos parabólicos tienen una sola curvatura, los concentradores solares paraboloides de revolución tienen dos curvaturas. Su otro nombre: 3D, viene por esa razón.
Las temperaturas que estos sistemas permiten son mayores a los 300 grados centígrados.
Funcionamiento de los concentradores solares
Lo que más complica el uso de estos concentradores es el seguimiento del sol a toda hora del día. Es muy difícil que el concentrador siga paralelamente a la radiación solar ya que este no es tan eficiente como un girasol y no puede hacerlo por si solo.
Para lograrlo,es necesario que tenga un sistema de movimiento con el sol, llamado “tracking” (en inglés), y ser monitoreado por un sistema de control.
El sistema de control está formado por un tubo estrecho, la radiación entra a través de este, que posee en el fondo una celda fotovoltaica.
Al estar bien emparejado y con orientación directa hacia el sol, el concentrador logra que la radiación llegue al fondo del tubo y que la célula fotovoltaica a su vez genere electricidad.
Cuando esto no ocurre el concentrador gira vez tras vez hasta encontrar nuevamente tensión hacia la celda. Cuando el concentrador solar es pequeño como el de una cocina solar, el seguimiento del sol puede tener buena garantía con un sistema de tracking aplicado directamente al concentrador.
En cambio en los concentradores solares de gran tamaño la tecnología al ser de dimensión mayor, se complica.
Muchas veces hay deformaciones arriba del concentrador y perturban el funcionamiento que este está llevando a cabo. Los daños repercuten en la utilidad.
Aplicaciones de los concentradores solares
Tienen múltiples aplicaciones de las cuales se puede sacar mucho partido dependiendo de para qué vaya a usarse.
El uso más común es el de generar electricidad a partir de la luz solar. Existen además plantas solares que aprovechan esta radiación y hasta cocinas solares.
Ventajas de un concentrador solar
- En cuanto a energía: tiene mayor eficiencia este tipo de energía en comparación con la generada de otra forma.
- Ventajas económicas: al ser construido un concentrador solar nos ahorramos una gran suma de dinero, pues los costes de estos radican principalmente en las superficies reflectantes cuyo coste no suele ser muy alto.