Desde el prehistórico Mosasaurus hasta las más comunes iguanas, los lagartos han sido criaturas que evolucionaron y sobrevivieron hasta los tiempos actuales, pertenecen a un suborden llamado Lacertilla y en conjunto a las serpientes y culebrillas ciegas forman el orden Squamata, donde solo los lacertillos comprenden casi 5.000 especies descritas hasta el momento.
Características
Estos reptiles son animales de sangre fría. Normalmente poseen extremidades, parpados, oídos, cuerpo alargado y una cola bien desarrollada, salvo algunas especies llamadas los lagartos de cristal que no tienen patas funcionales. Su piel seca es sinónimo de que prefieren evitar el agua en su mayoría, aunque algunos pueden llegar a ser grandes nadadores para poder, de ser necesario entrar en el medio acuoso.
En momentos de peligro tienen mecanismos de autodefensa tales como desprenderse de su cola, o cambiar el color condicionado a ciertos factores de estrés, donde el claro ejemplo son los camaleones. También hay otros métodos tanto extraños como exóticos como los del lagarto cornudo que es capaz de disparar chorros de sangre a través de sus ojos para intimidar a posibles depredadores.
Su tamaño puede cambiar muchísimo desde pequeños geckos y salamandras de apenas 2 pulgadas de diámetro, hasta los gigantes dragones de Komodo y sus tres metros de longitud. Solamente el género Helodema posee lagartos venenosos, concretamente las especies H. suspectum y H. horridum que habitan en la zona oeste de México y al sur de Texas.
Alimentación
La alimentación puede ser muy variada desde los carnívoros estrictos que solo consumen insectos, arácnidos, aves, mamíferos y en algunos casos otros vertebrados que incluyen en la dieta otros lagartos llegando a practicar el canibalismo entre especies. Esta lista incluye, camaleones, varanos, geckos, cocodrilos, etc. También hay que mencionar que otros tantos como las iguanas son omnívoros, con predilección al alimento vegetal, flores, plantas, semillas, aunque no dudaran si se les presenta la oportunidad ingerir pequeños insectos o incluso huevos de algunas aves.
Los grandes dragones de Komodo suelen ser además de cazadores natos, carroñeros oportunistas, llegando a consumir restos de animales en avanzado estado de descomposición, lo cual hace su mordida muy peligrosa debido a la gran cantidad de bacterias que albergan en su boca producto de esta práctica. Recientemente se descubrió que poseen glándulas venenosas, pero aún está en discusión y estudio el efecto que pueden tener estas en las fauces del lagarto.
Hábitat
Mediante la selección natural y la evolución a través de millones de años, los lagartos se han ido adaptando a diversos hábitats donde llegan a desenvolverse a la perfección. Salamandras y tritones en el agua, camaleones e iguanas en las copas de los arboles más altos y pogonas y “pequeños dragones” en las zonas más áridas y desiertas; todos con características únicas que los hacen prosperar en diferentes ecosistemas incluso en las condiciones más adversas. Siendo una de las razones principales por la cual llegan a ser de los animales más longevos y abundantes en el planeta tierra.
Reproducción
Llegada la hora de procrear la gran cantidad de especies existentes determina las muchas diferencias en los tipos de lagartos. Sin embargo se pueden mencionar algunas comunes, como que la mayoría establecen comunicación mediante sus cuerpos y los olores que estos destilan. Solo los geckos poseen cuerdas vocales y emiten sonidos. Alrededor de 50 especies se reproducen de manera asexual, mientras que la gran mayoría son ovíparos que ponen huevos y ovovivíparos, que fecundan el huevo en su interior y paren a sus crías vivas.
El número de huevos también varía desde uno a algo más de 100 según el lagarto, en general el periodo de maduración sexual está comprendido entre el primero y cuarto año de edad. En algunos casos como el cocodrilo, la temperatura del nido determinará el número de machos o de hembras que puedan nacer.
Especies
Entre las más de 5.000 especies descritas en todo el mundo hay algunos que impactan más por un conjunto de características que puedan poseer ya sea coloración, tamaño, forma o habilidades y en esta selecta lista se mencionan algunos casos particulares como: el Furcifer pardalis comúnmente conocido como camaleón pantera por su gran gama de colores llamativos, Moloch horridus o diablo cornudo por su exótica forma espinosa y más aún por su habilidad de disparar sangre o el mismísimo Varanus komodensis que encabeza el top por su gran tamaño, fuerza y su letal mordida.
Curiosidades y tipos de lagartos
A pesar de ser de “sangre fría” han llamado la atención de muchas personas en el mundo lo que hace a muchos de estos reptiles ser deseados como mascotas para el hogar, geckos, tritones, dragones desérticos, camaleones y hasta las mismas iguanas son de los más demandados en el mercado, llegando a ser objetivo de muchos traficantes ilegales de mascotas exóticas y por ende poniendo en riesgo la estabilidad de las distintas especies en el medio natural. Muchas no logran reproducirse en cautividad y por ende los programas de conservación de reptiles se ven disminuidos en este sentido.
Otros ejemplares son tan populares como temidos. Encabezados por el cocodrilo de agua salada que ha cobrado muchas víctimas humanas en costas australianas, el temido dragón de Komodo protagonista de muchas leyendas en islas del país de Indonesia o los letales por su veneno oriundos del continente americano como son el lagarto de gila y el lagarto escorpión.
Como nota curiosa se debe mencionar que así como hay tipos de lagartos que hacen vida en el lecho marino, hay otros que son capaces de planear por los aires tales como los de la especie Draco volans.
Así como en caricaturas e historias fantásticas, los reptiles o algunos de ellos poseen lo que se conoce como “tercer ojo”. Krister Smith, paleo-herpetólogo alemán, asegura que se desconoce la función de esta característica anatómica. Lo que sí se conoce es que esta parte en forma de círculo con color pálido capta la luz de diferente manera que los globos oculares animales.
También los científicos aseveran que el tercer ojo está directamente conectado al cerebro y que los reptiles pueden usarlo para moverse guiándose por la luz. En 2009 biólogos hicieron experimentos con diversas especies de reptiles y les taparon la circunferencia ubicada al centro de su cabeza. Varios de ellos perdieron el rumbo al desplazarse, en las diferentes pruebas de luz. Lo que aseguró la hipótesis de que servía como elemento sensorial y de dirección. Los humanos también tuvimos un “ojo pineal”, de hecho tenemos un órgano con este nombre que no evolucionó y solo nos sirve para regular el sueño.
La herpetología, rama de la biología que se dedica a estudiar a estos especímenes, en conjunto con todos los tipos de reptiles, no para de investigar sobre este maravilloso capítulo en la historia animal. Sin duda, desde que existen los planetas, constelaciones, vías lácteas y todo lo que engloba el espacio, los reptiles han estado presentes, o eso se cree.
Su gran capacidad de evolución es motivo de constantes experimentos. Soportan factores extremos, cambian de color, comen innumerables cuerpos con bacterias y sobreviven. Estas y otras razones dan pie para creer que en estos animales está la cura a muchas enfermedades, incluida el cáncer. El tiempo y la ciencia tendrán las conclusiones a futuro, esperando sean beneficiosas para toda la humanidad.