España tiene una de las rutas turísticas más encantadoras e interesantes del continente, la cual atrae a cientos de visitantes todos los años, ansiosos de recorrer cada uno de los rincones que ocupa. Se trata de la ruta de los pueblos blancos, una travesía en Andalucía que se comprende además de muchos de los pueblos de la comarca de la Sierra y algunos otros de las provincias de Cádiz y Málaga.
Si te da curiosidad saber de dónde proviene el nombre de los pueblos blancos, éste se deriva del color típico de la fachada de sus casas, las cuales han sido pintadas con cal con el propósito de repeler el calor.
Técnicamente, la ruta de los pueblos blancos se compone de 19 pueblos que son:
Alcalá del Valle, Algar, Algodonales. Arcos de la Frontera, Benaocaz, Bornos, El Bosque, El Gastor, Espera, Grazalema, Olvera, Prado del Rey, Puerto Serrano, Setenil de las Bodegas, Torre Alháquime, Ubrique, Villaluenga del Rosario, Villamartín y Zahara de la Sierra.
Sin embargo, algunos de ellos destacan sobre el resto por su popularidad y atractivo, resultando los destinos principales de los viajeros y turistas que se suman a esta estupenda travesía. Es por ello que, a continuación, daremos un pequeño recorrido, lleno de magia y de encanto, por los pueblos blancos más fascinantes que componen esta ruta.
Arcos de la Frontera
Iniciamos la aventura por los Arcos de la Frontera, uno de los pueblos más preciosos de toda España y la entrada principal a la ruta de los pueblos blancos.
Resalta por sus calles estrechas que recuerdan el reinado de los musulmanes. Cuenta con maravillosas iglesias, entre ellas la Iglesia de San Francisco y la de San Pedro, conventos y palacios de gran trasfondo histórico, y las casas blancas que adornan el horizonte andaluz brindan una vista fenomenal.
Es casi obligatorio dedicarle una mañana entera a este lugarcillo de los pueblos blancos, pues tiene cientos de calles por recorrer, miradores para apreciar el paisaje y tomar fotografías estupendas, y restaurantes repletos de platillos deliciosos para recargar energías y continuar la travesía.
Grazalema
Continuamos la ruta y llegamos al pueblo de Grazalema, ubicado a 47 kilómetros de nuestro punto anterior, en el cual se aprecia un hermoso paisaje montañoso, con un verde intenso y el pastoreo de rebaños de cabras que anuncia que hemos llegado al Parque Natural de la Sierra de Grazalema.
Si eres amante del senderismo, este resulta un lugar ideal para la práctica de este deporte al aire libre, permitiéndote conectar con la naturaleza en cada una de sus rutas.
Zahara de la Sierra
Al igual que la mayoría de los pueblos blancos de Andalucía, Zahara de la Sierra se caracteriza por su castillo ubicado en lo más alto de la colina, dominando el paisaje, y sus casas pintadas de cal en la pendiente de la montaña.
Las calles de este pueblo, de gran contenido histórico, recuerdan lo que fue una trascendental comarca en tiempos nazarís, y en cada uno de sus rincones sobran la magia y los grandes detalles por descubrir.
Olvera
Seguimos nuestro recorrido por el pequeño y pintoresco pueblo de Olvera, cuyo castillo árabe, ubicado en la cima de la montaña y el cual servía como fortaleza de los nazarís durante su reinado, le da a este precioso lugar un atractivo sin igual.
Visitar este imponente monumento es casi obligatorio para todo aquel que decide emprender la ruta de los pueblos blancos. Las visitas están abiertas todos los días, con excepción de los lunes, y la entrada cuesta apenas un par de euros.
Una vez en la cima de la Torre del Homenaje de este castillo, podrás apreciar una vista fascinante y tomar excelentes fotografías para recordar tu pasaje por este pueblito tan hermoso de la Serranía de Cádiz.
Ronda
Para culminar esta ruta llena de magia y encanto, llegamos a la provincia de Málaga, específicamente al pueblo conocido como Ronda, por el que pasaron celtas, romanos, griegos, cartagineses, visigodos y árabes, dejando su huella.
Ente los principales atractivos de este lugar, encontramos al llamado puente nuevo, que no es otra cosa que un barranco de más de 150 metros de altura que atraviesa la ciudad, y a los pies del cual corre el río Guadalevín. Sin dudas, un sitio atrayente y de lo más encantador para cerrar con broche de oro este maravilloso viaje.
Recomendaciones para disfrutar el viaje por la ruta de los pueblos blancos
Realmente, no hay manera de pasar un mal rato al hacer la ruta de los pueblos blancos. Sin dudas, será una experiencia única que atesoraras con el alma y que querrás repetir, recorriendo quizás más que solo estos 5 pueblillos que hemos puesto en nuestra lista.
Sin embargo, hemos decidido brindarte algunos consejos para que este viaje resulte mil veces más provechoso de lo que podrías imaginar.
En primer lugar, deberás considerar cuál es la mejor época para emprender el viaje. Lo ideal será hacerlo durante la primavera y entre los meses de septiembre y noviembre, ya que podrás ver los campos reverdecidos, y el frío y el calor no será demasiado, por lo que nada impedirá que disfrutes del clima y el paisaje en todo su esplendor.
Si viajas durante el verano, debes tener en cuenta que el calor puede fatigarte, así que piénsalo dos veces y mejor espera a la primavera para disfrutar al máximo.
Otro punto importante será mantenerte bien alimentado, pues necesitarás energías para cumplir con este largo pero ameno recorrido. Para eso, podrás hacer parada en los exquisitos restaurantes que encontrarás a lo largo del camino, en los que te aconsejamos probar las típicas migas de la sierra, el queso de leche de cabra payoya y la sopa fría del ajo blanco, platillos deliciosos que mantendrán tu barriga llena y tu corazón contento.
Pues bien, si has decidido hacer la ruta de los pueblos blancos en los meses venideros, comienza a organizarlo todo y no olvides seguir los consejos que aquí te hemos dejado, para hacer que tu viaje merezca la pena y sea una experiencia para recordar durante toda la vida.